Qué hace que algo sea bello: psicología de la belleza

Psicología de la belleza

Según un clásico estudio de investigación publicado en la revista Social Cognition, las personas atractivas tienen más éxito en la vida. Además, según otro estudio de investigación , publicado en la revista Psychological Science, se las valora de manera más objetiva.

Según los autores del estudio, la razón es porque la belleza nos atrae y hace que nos detengamos a valorar las cosas, mientras que si algo es estéticamente poco atractivo nos repele y hace que ni siquiera nos tomemos el trabajo de valorar si es bueno o malo.

Las cosas bellas son «mejores»

Se ha comprobado que a las cosas o personas atractivas se les suelen atribuir además otros rasgos positivos como, por ejemplo la bondad o la inteligencia. Este fenómeno se conoce con la expresión lo bello es bueno o, generalizando el fenómeno a cosas positivas y negativas, Efecto Halo.


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Además, según este estudio, es algo imposible de evitar, ya que, según parece, las personas detectamos la belleza de manera instintiva, sin detenernos siquiera a pensar si algo o alguien es bello o no.

Por eso, en contra de lo que algunos quieren creer, es casi imposible tomar una decisión sin tener en cuenta un factor tan emotivo como el de la belleza, es decir, el hecho de que algo o alguien sea estéticamente agradable.

Influencia de la belleza en nuestras decisiones

En un reciente estudio se ha comprobado que tardamos tan sólo trece milisegundos en detectar si un rostro es hermoso, el mismo tiempo que tardamos en en reaccionar ante una imagen. Además, se ha comprobado que lo hacemos de forma instintiva, sin ser conscientes de ello.

Dicho de otra manera, al igual que los profesores no pueden evitar valorar a los alumnos físicamente atractivos como más inteligentes, según dice este estudio, o que los jueces no pueden evitar imponer sentencias más livianas a los acusados más atractivos, según dice este otro estudio, el comprador online, a la hora de decidir si quiere comprar algo, no puede evitar tener en cuenta el atractivo de la tienda.

La belleza es algo tan importante que, según otro reciente estudio, contemplar el rostro de una mujer atractiva perturba el juicio de los hombres y les hace tomar decisiones ligeramente peores. Por ejemplo, disfrutar de un placer inmediato aunque tenga consecuencias negativas a corto plazo.

Según este estudio, la razón parece estar en que la belleza activa laamígdala, una zona del cerebro relacionada con las emociones intensas y que, además, interfiere con el razonamiento lógico.

También se ha comprobado que observar un rostro especialmente desagradable igualmente produce la activación de la amígdala.

Ver algo bello es como recibir dinero

Además, también se ha comprobado en este otro estudio que observar la belleza produce una reacción neuronal parecida a la de acumular riqueza, tanto en hombres como en mujeres.

Es decir, que el cerebro considera que contemplar algo bello es una recompensa similar a la de recibir una determinada cantidad de dinero.

Toda la belleza se valora en la misma zona del cerebro

En este estudio se ha comprobado es que tanto la belleza estética como la musical o la matemática y hasta la moral se originan en la misma zona del cerebro.

Curiosamente, parece ser que apreciar la belleza de una fórmula matemática no es lo mismo que entender el concepto que encierra, según este otro estudio.

Hay muchas cosas que influyen en la belleza

Según este estudio, hay muchos factores que hacen que una persona sea atractiva, no sólo la belleza física.

También influye la manera de vestir, la forma de actuar, de comportarse, y hasta cosas como el estatus social, el trabajo o los ingresos.

La belleza tiene razones biológicas

La explicación de la belleza se puede encontrar en la propia evolución de la especie. Así, según este estudio, los hombres con rasgos típicamente masculinos, por ejemplo, una barbilla prominente o una mandíbula poderosa, suelen ser genéticamente más robustos y sanos, de ahí que las mujeres instintivamente tengan preferencia por este tipo de rostros, especialmente durante sus épocas fértiles, según este otro estudio.

Qué hace que algo sea bello

Hay ciertos rasgos universales que hacen que algo sea bello:

Simetría

El principal de ellos, según este estudio, es la simetría. Por ejemplo, según este estudio, cuanto más simétrico es un rostro, más bello se percibe.

La explicación parece estar en que una gran asimetría en el rostro suele estar producida por alteraciones genéticas y la tendencia en la especie humana es a favorecer a los individuos genéticamente más sanos.

Esto no sólo es cierto para el rostro humano, ya que en general las cosas simétricas se suelen considerar más bellas.

Proporción

También la proporción de las cosas hace que sean más o menos bellas. Por ejemplo, según este estudio, un rostro con unas determinadas proporciones, en concreto, cuando la distancia entre los ojos y la boca es el 36% del largo de la cara o la separación horizontal entre los dos ojos es el 46% del ancho de la cara, resulta más atractivo.

Estas proporciones, al parecer, son las que se dan con más frecuencia entre los seres humanos. Es decir, que la belleza de un rostro humano, como la belleza en casi todo, se encuentra en la media.

Según este otro estudio, las personas valoran más aquellos cuadros cuya composición responde a una estructura proporcionada.

Simplicidad

La simplicidad del diseño también es importante, ya que lo simple y lo sencillo tiende a percibirse como más bello.

Por ejemplo, según este estudio, las páginas web sencillas son estéticamente más bella.

Según este otro estudio, los consumidores tienden a comprar productos cuyas etiquetas estén escritas con una letra sencilla y fácil de leer.

Novedad

Según este estudio, la novedad también ayuda a que algo se perciba como más bello. Sin embargo, según el mismo estudio, también hace que algo se perciba como más bello el hecho de que sea muy abundante.

Es decir, que sea lo que se conoce como prototípico. Además, los dos efectos son contrarios y contradictorios, es decir, nos gusta tanto lo nuevo como lo típico, lo de siempre.

Como ya descubrió Raymond Loewy, un famoso diseñador de productos tecnológicos, lo nuevo no debe ser muy distinto de lo que ya existe, aunque no sea la solución ideal, porque si difiere mucho, la gente en general no lo va a aceptar.

Familiaridad

También la familiaridad o el hecho de haber visto algo antes hace que se perciba como más bello, según se pudo comprobar en este estudio.

Por ejemplo, pese a la creencia popular de que lo vulgar no es bello, según este estudio, las caras consideradas como las más bellas son las más comunes.

Según este otro estudio, la preferencia por lo común se repite en muchas otras cosas, como, por ejemplo, en los perros, los pájaros o los relojes.

Razones personales

Según este estudio, la belleza también depende de razones personales como por ejemplo el estado de ánimo o las preferencias.

También depende de razones sociales como por ejemplo el estatus o la presión social y hasta razones históricas, como por ejemplo la tradición o la costumbre de un lugar.

También depende del contexto, por ejemplo el entorno en el que se exhibe influye sobre la percepción de la belleza en una obra de arte.

Otro ejemplo de la importancia del contexto, una mujer resulta más atractiva si se sitúa junto a otras mujeres atractivas, según este estudio.

La sonrisa

Según este estudio, contemplar un rostro bello hace que se active una zona del cerebro conocida como la corteza orbitofrontal.

Según este mismo estudio, los rostros sonrientes resultan más atractivos.

La fatiga

Según otro estudio, los signos de fatiga causados por la falta de sueño se perciben como muy poco atractivos, algo que seguro que no sorprende a nadie.

La postura y el maquillaje

Según este estudio, la postura y el maquillaje tienen una gran influencia sobre la percepción de la belleza.

Así la postura puede compensar la falta de musculatura del cuerpo y el uso del maquillaje disimula los defectos estructurales del rostro y hace que aquellas mujeres que lo usan sean consideradas bellas, con independencia de los rasgos de su rostro.

El concepto de belleza es algo innato

Según este estudio, el concepto de belleza no es algo subjetivo que las personas desarrollamos con el tiempo, sino que es algo innato.

De hecho, según se pudo comprobar, hasta un bebé de seis meses es capaz de distinguir un rostro hermoso de otro menos atractivo.

La belleza de un rostro humano

Según un artículo que recoge todos los estudios de investigación realizados sobre este tema, hay un gran acuerdo entre culturas sobre qué rasgos definen la belleza de un rostro humano.

En concreto, estos son los rasgos sobre los que hay más acuerdo:

Simetría

Se supone que la simetría de un rostro revela la capacidad (fortaleza) de un individuo para tener un desarrollo estable a pesar de las presiones ambientales que lo impiden, lo que se interpreta (inconscientemente) como un signo de buena calidad de los genes de esa persona.

Acercamiento a la media

Los rostros con rasgos que se dan con más frecuencia entre el resto de la población se perciben como más bellos que los rostros con rasgos poco frecuentes.

Rasgos de sexo (masculinidad o feminidad)

En los hombres los rostros con rasgos masculinos, mandíbula robusta, mejillas más altas, y rostros menos redondeados, producto del efecto de la testosterona en la pubertad, resultan más atractivos. La capacidad de producir la hormona de la masculinidad en abundancia es un signo de que es un individuo sano y poderoso, con recursos en abundancia, ya que la testosterona tiene efectos inmunodepresores sobre el organismo. En las mujeres, los rostros con rasgos muy femeninos son una muestra de que tienen abundancia de estrógenos, la hormona de la fertilidad, por lo que señalan individuos más adecuados para tener descendencia.

Color y calidad de la piel

La buena calidad de la piel y el color rosado de las mejillas es un indicador de la buena salud general de un individuo. Así, cualquier afección cutánea se interpreta como un individuo enfermo y, por tanto, menos atractivo desde el punto de vista evolutivo (mayor probabilidad de tener una descendencia de peor calidad).

Rasgos socialmente deseables

Los estereotipos sobre la apariencia física de ciertos rasgos socialmente deseables, por ejemplo, el éxito o la inteligencia, hace que las personas que poseen estos rasgos físicos resulten más atractivas.

Otros rasgos

Hay otros rasgos, como la edad, el peso, el pelo… que hacen a una persona resulte más atractiva.

Factores hormonales

Hay factores fisiológicos que hacen que una persona nos parezca más atractiva que otra. Por ejemplo, parece que las mujeres varían sus preferencias a lo largo del ciclo menstrual. Así, durante las semanas fértiles del ciclo prefieren rostros con rasgos más masculinos.

Circunstancias personales

La percepción que tiene cada uno de si mismo hace que varíen la percepción del atractivo de un rostro. Así, las personas que tienen un gran concepto de si mismas juzgan la belleza en el rostro con mayor severidad.

Contexto social

Las personas prefieren como pareja aquellos con los que tenemos cosas en común.

Consanguinidad

Parece ser que de manera inconsciente mostramos preferencia hacia aquellas personas con las que compartimos una cierta herencia genética. Así, en el contexto social tenemos preferencia por aquellos que se nos parecen. En el contexto sexual preferimos aquellos que son diferentes, para evitar la posibilidad de consanguinidad.

Atracción mutua

Las personas que muestran interés hacia nosotros nos resultan más atractivas, por el mero hecho de hacerlo.

Contexto temporal

Si la relación se supone tan sólo para fines sexuales, las mujeres prefieren hombres con rasgos más masculinos que si la relación se supone más a largo plazo, en cuyo caso las mujeres muestran preferencia por hombres que tienen rasgos asociados a la cooperación.

Exposición

Mostramos preferencia por aquellos rasgos que hemos visto antes, que nos resultan familiares, siempre que no nos recuerden una experiencia desagradable.

Aprendizaje social

Tenemos preferencia por los rasgos que tienen la pareja de personas de nuestro entorno que aparentan tener una buena relación, es decir, aprendemos a elegir fijándonos en la elección que han hecho antes personas que han elegido bien.

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