Sintonizar con alguien no es lo mismo que hacerse su amigo, sino que consiste en crear un entorno de respeto y confianza mutua.
Sintonizar con alguien supone que:
- Te sientes a gusto hablando con esa persona.
- Sientes que compartes valores o que hay un objetivo común.
- Sientes que la otra persona te escucha.
- Sientes que la otra persona te trata con respeto.
La sintonía no es un estado, es un flujo que va y viene a lo largo de una conversación. Puede haber momentos en los que desaparezca la sintonía, pero, si es necesario, siempre se puede volver a recuperar en otro momento.

En ocasiones, puede que hasta te interese acabar con esa sintonía que existe, por ejemplo, si quieres dar por finalizado un encuentro.
Por qué sintonizamos o conectamos con alguien
Según se ha comprobado, hay varias razones por las que alguien nos cae bien o nos resulta simpático:
- El atractivo físico: En general, asociamos el atractivo físico con la simpatía, el talento, la amabilidad, la honestidad o la inteligencia.
- La semejanza: En general, las personas que se parecen a nosotros nos caen bien. Por ejemplo, aquellos que mantienen opiniones similares a las nuestras, que visten de forma semejante a nuestra forma de vestir, que se nos parecen físicamente, que tienen un mismo origen territorial (misma zona) o social (misma clase), o aquellos que tienen un modo de vida o costumbres parecidas a las nuestras.
- El halago: Generalmente, nos caen bien aquellos que nos halagan, incluso cuando el halago es claramente falso o inmerecido.
- La cooperación o el beneficio mutuo: No confundir con la cercanía física, ya que vivir o trabajar junto a alguien no significa que te caiga bien. Para que otra persona te caiga bien, también es necesario que haya intereses u objetivos comunes, o una relación de cooperación con el objetivo de alcanzar una determinada meta.
- La asociación: Cuando asociamos a alguien con algo que nos gusta, empieza a caernos bien.