Cómo causar una buena primera impresión a los demás

Qué se entiende por la primera impresión

Según parece, tardamos tan sólo una décima de segundo en formamos un atisbo de primera impresión de la otra persona. Algunos estudios indican que el tiempo podría ser incluso menor.

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En menos de medio minuto la primera impresión ya está totalmente formada y es muy difícil de cambiar.

Importante: Tienes aproximadamente medio minuto para causar una buena impresión.

La razón de que los seres humanos nos formemos una primera impresión en un tiempo tan corto es porque la evolución ha diseñado nuestro cerebro para tomar este tipo de decisiones de manera casi instantánea, con el fin de detectar cuanto antes si nos encontramos ante alguien peligroso y si debemos enfrentarnos a él o evitarlo.

primera impresión

¿Es fácil modificar una primera impresión?

Se necesita hacer un enorme esfuerzo para contrarrestar una primera impresión una vez que ya está formada. Salvo en aquellos casos en los que alguien o algo es muy importante en nuestras vidas, en general las personas no quieren hacer el esfuerzo que supone reconsiderar una primera impresión y analizar de nuevo a la persona que acabamos de conocer. Aún así, la primera impresión nunca llega a cambiar del todo.

Importante: La primera impresión nunca se llega a cambiar del todo.

La primera impresión deja una huella tan honda que, ni siquiera cuando nos dicen que es errónea, cambiamos de opinión. La única posibilidad de cambiar una primera impresión es hacer que la información en que se basaba sea revisada bajo un nuevo punto de vista.

Por ejemplo, si vemos salir a alguien de una casa por la ventana, interpretamos que se trata de un ladrón y nos causa una muy mala impresión. Sin embargo, si a continuación vemos salir humo de la vivienda, interpretamos que en realidad se trataba de alguien huyendo del fuego y nuestra actitud hacia esta persona cambia completamente.

Importante: La primera impresión no cambia ni aunque alguien nos demuestre que era errónea.

Con el tiempo ¿cambia la opinión que nos hemos formado sobre alguien?

El paso del tiempo tan sólo tiende a reforzar la primera impresión. Esto se produce porque nuestra percepción es selectiva y sólo prestamos atención a la información que confirma las decisiones ya tomadas, en este caso, una primera impresión sobre alguien o algo, obviando todos aquellos datos que las ponen en duda.

Importante: El paso del tiempo sólo refuerza la primera impresión.

¿Se puede manipular una primera impresión?

Es relativamente fácil manipular una primera impresión facilitando información errónea sobre alguien. Por ejemplo, si antes de conocer a alguien, te dicen que es una mala persona, es muy probable que te cause una mala impresión cuando la conozcas.

Al contrario, si antes de conocerlo te dicen que es una buena persona, te causará una buena impresión cuando le conozcas, a pesar de que estamos hablando de la misma persona que en los dos casos se comporta igual.

Importante: La información previa que tengamos sobre una persona influye en la primera impresión.

¿Es correcta la primera impresión?

La primera impresión no es siempre la correcta, de hecho, ligeras variaciones en la expresión de la cara pueden hacer que una primera impresión sea totalmente distinta. Sin embargo, hay estudios que han comprobado que, en general, la primera impresión se corresponde con la realidad.

En concreto, según un reciente estudio de investigación publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, aunque algunas personas utilicen estereotipos del tipo “todo el mundo intenta aprovecharse” para valorar a los demás la primera vez que los ven, la mayoría hacemos una valoración bastante exacta sobre su manera de ser, ya que interpretamos que se trata de personas que están en la media. Y como la mayoría estamos en el medio en casi todos los rasgos de personalidad, es muy probable que estemos en lo cierto.

Lo que no está tan claro es si cuando nos referimos a una persona normal y corriente, estamos hablando de lo más abundante o de lo más deseable, que no son lo mismo, aunque estén muy relacionados, ya que la mayoría tenemos una personalidad que nos permite ser socialmente aceptados, un subproducto de la evolución humana que nos ayuda a la supervivencia.

Por ejemplo, distraerse con frecuencia es algo que asumimos que le pasa a casi todo el mundo de vez en cuando, pero no tiene una connotación negativa. Sin embargo, ser desordenado (un rasgo de personalidad relacionado con ser distraído) es algo que también asumimos como bastante normal, pero no es precisamente algo deseable en una persona.

Según los autores del estudio, cuando simplemente vemos a alguien por primera vez, tendemos a percibir que se trata de una persona normal y corriente, en el sentido de que su personalidad coincide con la que se da con más frecuencia, la más abundante.

Sin embargo, cuando tratamos a alguien en persona por primera vez, generalmente nos llevamos la impresión de que se trata de una persona normal en el sentido de que su personalidad es a la vez de las más frecuentes y de las más deseables. Es decir, que tratar con alguien en persona, por oposición a verlo en un vídeo, suele causar una impresión más favorable.

Sea o no correcta, lo cierto es que la primera impresión es determinante a la hora de entablar una relación con los demás.

Como ejemplo de la importancia de la primera impresión en el mundo de los negocios, se ha comprobado que existe una relación entre el éxito de una empresa y la primera impresión que causan sus directivos.

El Efecto Saliencia

Cuando nos presentan a alguien por primera vez prestamos atención a los estímulos que más destacan, lo que se conoce como Efecto Saliencia.

Lo que más destaca entre los seres humanos son los estímulos visuales, especialmente los rasgos de la cara, es decir, su mirada, su expresión y, en menor medida, sus gestos, la postura del cuerpo y la ropa que lleva.

Importante: Primero nos fijamos en aquello que destaca.

El sesgo hacia lo negativo

Se ha comprobado que prestamos más atención a los estímulos negativos que a los positivos, lo que se conoce como en “sesgo hacia lo negativo”. De hecho, una primera impresión positiva de alguien puede cambiar fácilmente a causa de un pequeño fallo.

Sin embargo, esto no ocurre al contrario y, una vez que alguien se ha formado una opinión negativa de otra persona, no es fácil que la cambie, aunque se le facilite información sobre sus buenas cualidades.

La razón de este fenómeno, según parece, es que la información negativa destaca sobre las cosas positivas, que son las más frecuentes.

También es posible que, en tiempos remotos, percibir lo negativo sobre lo positivo contribuyera a la supervivencia de la especie, de ahí que nuestra mente esté sintonizada para percibir lo negativo de manera inmediata.

Importante: Prestamos más atención a lo negativo que a lo positivo.

¿Cómo se forma en nuestro cerebro una primera impresión?

La primera impresión se forma principalmente en dos zonas de nuestro cerebro, la zona donde se generan nuestras emociones (amígdala) y la zona donde se toman decisiones relacionadas con el dinero, la que asigna un valor económico a las cosas (la parte posterior del Gyrus Cinguli).

Es decir, que a la hora de formarse una primera impresión sobre alguien, nuestro cerebro parece que funciona como una calculadora, valorando distintos factores hasta llegar a una cifra global.

Importante: A la hora de formarse una primera impresión sobre alguien, nuestro cerebro actúa como una calculadora, calculando el valor global de otra persona.

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