Para un camarero, la propina forma parte de sus ingresos y puede representar una suma considerable. Pero muy pocos camareros saben cómo pueden lograr una mayor propina de los clientes. Pues en este artículo te vamos a dar algunos consejos prácticos sobre cómo conseguir una buena propina.

Técnicas para conseguir una buena propina del cliente de un restaurante
En este artículo vas a descubrir los secretos de la psicología de los clientes de un restaurante y a aprender técnicas específicas para conseguir que los clientes te dejen una propina sustanciosa. La efectividad de estas técnicas se ha comprobado en mediante experimentos científicos realizados por algunas de las mejores universidades del mundo.

Las técnicas que se explican en este artículo funcionan para restaurantes de tipo medio donde acuden los clientes de clase media. Este tipo de técnicas puede no ser adecuada para un restaurante de lujo donde acuden personas de clase alta, acostumbrados a un trato muy formal con los camareros.
La mayoría de las técnicas que explicamos en este artículo son muy sencillas de aplicar, y no se requiere un gran despliegue de medios no alteraciones en la política del restaurante, ni siquiera es necesario pedir permiso para llevarlas a la práctica. Te sorprenderá saber lo fácil que es obtener una buena propina de los clientes. Algunas técnicas son tan sencillas que muchos dudan de su efectividad, pero ésta ha sido demostrada científicamente en experimentos controlados realizados por algunas de las mejores universidades del mundo.
Vamos a explicar a continuación en qué consisten estas técnicas para conseguir una mayor propina de los clientes:
Utiliza maquillaje (sólo para camareras)
En general, la gente responde mejor ante una persona atractiva. En concreto, los hombres, y en menor medida las mujeres, valoran mucho el atractivo en el sexo opuesto. Por eso seguro que no te sorprende saber que las camareras atractivas obtienen mejores propinas que las menos agraciadas, independientemente del nivel de atención a los clientes. El fenómeno también se produce en los camareros, pero es mucho más débil. También se ha comprobado que las camareras que tienen más pecho, en general, reciben más propina y que las camareras rubias, de media, reciben más propina, o que la propina es mayor cuanto más delgada es la camarera.
Una forma fácil de mejorar la apariencia física de una camarera y resultar más atractiva es utilizar maquillaje. En un restaurante de Francia se hizo el siguiente experimento: se aplicó maquillaje a dos camareras jóvenes (de 19 y 20 años) durante diez días elegidos al azar. Al final de los diez días se comparó la cantidad de propinas obtenidas en comparación con otros días, también elegidos al azar, en los que no se aplicó maquillaje a estas mismas camareras. Se pudo comprobar que aplicar maquillaje a las camareras no afecta a las propinas que dejan los clientes del sexo femenino, pero que incrementa sensiblemente la propina que dejan los hombres, en concreto la propina pasó del 34% al 51%. La lección del experimento es sencilla, si eres una camarera, no te olvides de poner un poco de maquillaje antes de ir a trabajar.
Lleva algo poco común
Aunque, en general, los camareros tienen que llevar uniforme, muchos añaden un toque personal a su atuendo, ya sea algún complemento de ropa, una joya o un adorno, para que los clientes se fijen más en ellos. De esta manera el camarero pasa a ser una persona, en lugar de ser un rostro anónimo. Llevar algo que te distinga del resto de las personas hace que la persona resulte más interesante y memorable, ya que resulta algo fuera de lo común. Esto hace que los clientes dejen una mayor propina a estos camareros que personalizan su atuendo frente al uniforme estándar que impone la empresa a todo el personal.
Los efectos de esta técnica se pudieron comprobar en un experimento: en un restaurante de lujo un grupo de seis camareras llevaron una flor en el pelo durante dos días elegidos al azar. No todas las camareras llevaban la flor al mismo tiempo, ya que la selección de los dos días se hizo de forma independiente para cada una de las camareras. Las propinas de esos dos días se compararon con las propinas de otros dos días elegidos al azar. Según los resultados del experimento, llevar una flor en el pelo incrementa las propinas que los clientes dejan a las camareras en un 17% de media.
Los resultados de este experimento parecen indicar que deberías llevar algo especial o poco usual en el trabajo si eres camarero, ya sea una flor o un tocado en el pelo, una corbata un poco atrevida o unos botones de la chaqueta un poco llamativos. Llevar algo poco usual que te haga destacar sobre el resto de los empleados te convierte en una persona frente a los clientes, lo que hace que éstos dejen una mayor propina que si te ven como simplemente un empleado más del restaurante para el que trabajas.
Procura no llevar algo controvertido, algo que tenga un significado político, religioso o cualquier otra cosa que se pueda considerar ofensiva por cierto tipo de clientes.
Menciona tu nombre al presentarte
Muchos camareros dicen su nombre cuando reciben a los clientes. Si se hace bien, esta presentación hace que el camarero parezca más simpático y amable y genera empatía en el cliente. Estas dos cosas hacen que el cliente sea más generoso al dejar propina al camarero.
Para comprobar su efecto se realizó el siguiente experimento: en un mismo restaurante situado en California, unas camareras se dirigieron a varias parejas de clientes diciendo «buenos días, me llamo Klim y soy la camarera que va a atenderles, ¿han comido antes en este restaurante?». Otras camareras se dirigieron a otras parejas de clientes de la misma manera, pero omitiendo el nombre. Esta sencilla manipulación de la presentación de la camarera tuvo un gran efecto sobre las propinas que dejaron los clientes. Cuando no decían su nombre, las camareras recibieron de propina una media del 15% de la consumición, mientras que cuando decían su nombre, la propina subía a un 23%. !Tan sólo con decir su nombre las camareras ganaban de media $2 más por consumición.
Los resultados de este experimento sugieren que los camareros deberían decir su nombre al presentarse por primera vez ante los clientes. Por supuesto, la presentación debe ser profesional y con una actitud positiva hacia el cliente, no basta sólo con decir el nombre.
Ponte en cuclillas
La mayoría de los camareros se mantienen de pie para atender a los clientes, que suelen estar sentados. Sin embargo, algunos camareros se acuclillan junto a la mesa cuando toman nota de lo que quieren los clientes. Ponerse en cuclillas tiene varias ventajas: acerca la postura del camarero a la que en ese momento adopta el cliente, sitúa los ojos del camarero a la altura del cliente, lo que facilita el contacto visual, y acerca la cara del camarero a la del cliente.
Todas las investigaciones sobre comunicación no verbal demuestran que estas tres cosas facilitan la sintonía con los demás, es decir que les caemos mejor a los demás si hacemos estas cosas (ponernos a su altura, mantener contacto visual y acercarnos un poco a ellos). También se ha comprobado que los clientes dejan más propina a los camareros que les caen bien.
En dos restaurantes de Houston (Texas), uno mexicano y otro asiático, se hizo el siguiente experimento: de forma aleatoria, unas veces las camareras se acuclillaban junto a los clientes cuando tomaban nota de la comanda y otras veces permanecían de pie. Excepto por este detalle, el resto de la atención a los clientes era siempre más o menos la misma. En ambos casos, la propina sera mayor cuando la camarera se ponía de cuclillas al tomar nota de la comanda. En un caso pasó de una media del 15% de propina a una propina media del 18%, y en el otro caso del 12% al 15% respectivamente. En conjunto, las camareras recibían $1 más de propina cuando se ponían de cuclillas, lo que no está nada mal para tan pequeño cambio en la atención a los clientes.
Es posible que este tipo de comportamiento no resulte indicado para restaurantes de lujo, donde se espera que el camarero se comporte de forma muy profesional. Pero para un restaurante medio y para clientes jóvenes puede ser adecuado. Una variante de este método consiste en acercar una silla y sentarse a la mesa junto a los clientes para tomar nota de sus comandas.
Puede que no todos los clientes aprecien esta cercanía del camarero, y este gesto de acercarse al cliente puede que no resulte adecuado para clientes de más edad, o con modales muy fríos, así que usa esta técnica con moderación y abstente de usarla ante la menor duda de si resulta adecuada.
Permanece cerca de los clientes
Aunque en tu caso no sea factible ponerte en cuclillas, siempre puedes obtener mejores propinas manteniéndote cerca de de los clientes, aunque estés de pie.
La cercanía indica que alguien te gusta. Además, hay estudios que demuestran que la gente accede a hacer pequeños favores más fácilmente cuando estás cerca de la persona que cuando estás situado más lejos. Por eso es muy probable que mantenerse cerca de los clientes genere más propinas.
De hecho, sobre este tema se realizó el siguiente experimento: se seleccionaron cinco camareras en tres restaurantes de Francia. De forma aleatoria, las camareras variaron la distancia a la que se mantenían de los clientes mientras tomaban su comanda. Las distancias variaban entre cerca (15 cm), normal (50 cm) y lejos (75 cm). El resto del servicio se hacía igual para todos los clientes, siguiendo las distancias normales para este tipo de trabajo.
Los resultados del experimento demuestran que la mayor proximidad física al tomar nota de la comanda de los clientes incrementa la propina. En concreto, cuando la camarera se situaba a 15 cm de los clientes obtenían una propina del 43%, mientras que si se situaban a 50 cm la propina era del 31%, La propina bajaba al 23% cuando la camarera se situaba a 75 cm de los clientes al tomar nota de la comanda. En términos nominales, la propina de los clientes también era mayor cuando la camarera se situaba a 15 cm que cuando se situaba a la distancia normal de 50 cm.
Toca ligeramente a los clientes
Tocar a alguien es un comportamiento que transmite, entre otras muchas cosas, sensaciones de afecto, aprecio o apoyo. Dependiendo del contexto, el significado del contacto físico puede variar. En una relación de negocios, tocar ligeramente a los clientes se ha demostrado que hace que los clientes permanezcan más tiempo en una tienda, que compren más cosas y que tengan una mejor opinión de la tienda en general. También se ha comprobado que tocar ligeramente a alguien te hace más persuasivo. Todo esto sugiere que tocar ligeramente a los clientes en un restaurante podría afectar la cantidad que éstos dejan como propina a los camareros.
Para comprobar si esto es así se realizó el siguiente experimento: tres camareras de dos restaurantes distintos realizaban de forma aleatoria uno de estos dos comportamientos: bien no tocaban en ningún caso a los clientes, les tocaban de forma casual ligeramente en el hombro una vez durante un segundo y medio o les tocaban de manera casual dos veces en la palma de la mano durante medio segundo cada vez. Todos los contactos físicos se producían al traer la camarera las vueltas de los clientes al final de la comida.
Según los resultados del experimento, el efecto del contacto físico tiene un efecto significativo sobre la cantidad de propina que dejan los clientes. Los clientes dejaban de media un 12% de propina cuando la camarera no les tocaba, un 14% cuando les tocaba ligeramente en el hombro y un 17% de propina cuando les tocaban dos veces en la palma de la mano.
Otros estudios demuestran que tocar ligeramente a los clientes incrementa la propina independientemente de que seas camarero o camarera. También se ha comprobado que se consigue más propina cuando la camarera toca a una mujer en un grupo mixto que si toca a un hombre del mismo grupo. También se comprobó que el efecto sobre cantidad de propina es mayor para los clientes jóvenes que para los clientes mayores.
En conclusión, si quieres sacar algo más de propina, conviene tocar ligeramente a los clientes. Hay camareros que se sienten incómodos tocando a los clientes, sin embargo, los estudios demuestran que la gente que recibe un ligero toque en el hombro o en el antebrazo de forma natural, si bien, como hemos visto, se ve que afecta su comportamiento, ni siquiera recuerdan que les hayan tocado. Por eso no debes tener miedo de tocar ligeramente a los clientes si se presenta la oportunidad. Es muy probable que reciban una mayor propina, y seguramente el cliente ni siquiera será consciente de que lo has hecho.
Sonríe a los clientes
Sonreír es una buena táctica para lograr aceptación social e influir sobre los demás. Cuando sonríes al mundo, el mundo te sonríe. Numerosos estudios demuestran que las personas que sonríen resultan más atractivas, más sinceras, más sociables y más inteligentes que las personas que no sonríen. Estos estudios sugieren que los camareros que sonríen es muy probable que también reciban mejores propinas de los clientes.
Para comprobarlo se diseñó el siguiente experimento: en un bar de cocktails de Seattle las camareras sonreían ampliamente a la mitad de los clientes, seleccionados de forma aleatoria, mientras que a la otra mitad de los clientes les sonreían muy ligeramente. Los clientes a los que apenas se les sonreía dejaban una propina de 20 céntimos de media, mientras que los clientes a los que se les sonreía de manera clara dejaban de media una propina de 48 céntimos. ¡Esto supone un incremento en la propina de un 140%!
Si bien la cuenta media de un restaurante el mayor que la de un bar, por lo que el resultado puede que no sea tan dramático, lo que este estudio demuestra es que sonreír a los clientes tienen un efecto importante sobre la propina que reciben los camareros.
Alaba la elección de los clientes
Alabar a la gente hace que se siente bien. Además, en general a las personas les caen bien los que les halagan. También se ha comprobado que mediante los halagos podemos hacer que los demás nos hagan los pequeños favores que les pidamos. Esto sugiere que es también muy probable que halagar a los clientes les haga más generosos a la hora de soltar la propina al camarero.
Para comprobar si el halago resulta efectivo para conseguir una mayor propina del cliente se realizaron varios experimentos. En un primer experimento los camareros alababan la elección de una parte de los clientes (siempre parejas) y no lo hacían para el resto. La acción de alabar se hacía de forma aleatoria, para evitar cualquier tipo de sesgo en el experimento. El halago se hacía diciendo al primero de los clientes «ha hecho una buena elección» y al segundo «usted también ha hecho una buena elección». En el segundo experimento, el camarero alababa la elección de todos los comensales de la mesa diciendo «Todos ustedes hicieron una buena elección» o bien diciendo «Los dos hicieron una buena elección», dependiendo de cuántos clientes estaban sentados a la mesa.
En los dos estudios los clientes dejaron una propina mayor a los camareros que les alababan la elección que habían hecho. En concreto, en el primer estudio las propinas crecían, de media, del 16,4% al 18,9% de la cuenta, y en el segundo estudio la propina crecía, de media, del 18,8% al 20.3% de la cuenta. En el segundo estudio la propina era porcentualmente mayor cuando más reducido era el grupo de comensales, posiblemente porque alabar la elección de un grupo grande de personas parece un halago poco sincero.
Alabar la elección que hacen los clientes es una manera fácil y sencilla de conseguir una mayor propina de los clientes. También ayuda a que los clientes se lleven una mejor impresión del restaurante donde acaban de comer, incluida la comida, que parece que sabe mejor cuando el servicio de mesa es bueno. Por eso los camareros deberían alabar la elección que hacen los clientes, aunque sólo sea para conseguir que éstos les dejen una mayor propina.
Repite lo que acaban de pedir los clientes
Imitar a alguien puede considerarse una burla cuando se hace de forma descarada y prolongada. Por eso es frecuente que los niños se burlen unos de otros imitando sus gestos. Pero hay estudios que demuestran que imitar los gestos de alguien, si se hace sutilmente y de manera breve, hace que le caigamos mejor a esa persona. Esto sugiere que se el camarero imitara sutilmente los gestos o lo que dice el cliente, puede que éste le deje una mayor propina.
Para comprobar si esto es así se realizó el siguiente experimento en un restaurante de los Países Bajos. Las camareras del restaurante, de forma aleatoria, bien imitaban o no imitaban ligeramente a los clientes. La imitación consistía en repetir los platos que acababan de pedir los clientes mientras tomaba nota de la comanda. En el caso opuesto las camareras se limitaban a decir simplemente «Ahora mismo lo traigo».
El hecho de que el camarero repitiera la elección que acababan de hacer hizo que más clientes dejaran propina a las camareras, en concreto, el porcentaje de clientes que dejaron propina a los camareros pasó del 58% al 78%. Lo que es más importante, el hecho de que la camarera repitiera los platos mientras tomaba nota de la comanda dobló la propina que dejaron los clientes, que pasó, de media, de 1,36 florines a 2,73 florines. Es sorprendente cómo un cambio tan pequeño en el comportamiento del camarero puede tener un efecto tan grande en el comportamiento del cliente.
Divierte a los clientes
La gente va a un restaurante no sólo por la comida, sino para pasar un buen rato. Por eso muchos restaurantes ofrecen música o espectáculos en vivo. También es la razón por la que últimamente se han creado restaurantes temáticos como el Hard Rock Café. Sea cual sea el restaurante, los clientes siempre buscan disfrutar de la comida y pasar un buen rato, lo que te da la oportunidad de conseguir una buena propina. Hay estudios que demuestran que los camareros que de alguna manera divierten a los clientes consiguen que les dejen más propina.
En un experimento en una bar de Francia los camareros les dieron a una parte de los clientes, junto con la cuenta, una tarjeta en la que aparecía escrito un chiste. El 45% de los clientes que recibieron la tarjeta dejaron propina, frente al 25% de los que no recibieron la tarjeta. Además las propina media que dejaron los clientes que recibieron la tarjeta fue mayor que la de los que no la recibieron, en concreto, un 23% frente al 16%.
En otro experimento en un restaurante de New Jersey una parte de los clientes recibió, junto con la cuenta, una tarjeta donde aparecía un acertijo. La camarera animaba a estos clientes a resolver el acertijo y luego les daba la solución al mismo. Los clientes que recibieron la tarjeta con el acertijo y la solución al mismo dejaron un 22% de propina, frente al 19% de los que no recibieron la misma. Es decir, no es necesario ser un cómico profesional para entretener brevemente a los clientes, lo que a su vez se traduce en una mayor propina. Así que harás bien en aprender a contar un chiste, hacer una broma o pequeños acertijos y compartirlos con tus clientes si quieres que te dejen una buena propina.
Predice buen tiempo
El buen tiempo pone a la gente de buen humor, y los clientes que están de buen humor dejan más propina que los que están de mal humor. Incluso la perspectiva del buen tiempo al día siguiente eleva el ánimo de la gente. Esto sugiere que los camareros que viven en sitios donde el tiempo es muy variable, como ocurre en el norte de España, pueden conseguir una mayor propina diciendo a los clientes que se acerca el buen tiempo.
Para comprobar si esto es así se hizo el siguiente experimento: en un restaurante italiano de precio medio de New Jersey la camarera escribió una nota en la parte de atrás de la nota de una parte de los clientes diciendo: «Mañana va a hacer muy buen día, espero que lo disfruten». Los clientes que recibieron la cuenta con la nota escrita en el reverso dejaron, de media, una propina del 22,2%, mientras que aquellos clientes que recibieron la cuenta sin la nota dejaron, de media, una propina del 18,7%. Esto es un incremento de casi el 20% en la propina. Aunque no está bien mentir a los clientes, debes aprovechar si el pronóstico del tiempo mejora para hacérselo saber a tus clientes y conseguir que te dejen más propina.
Escribe «Gracias» en el reverso de la cuenta del cliente
Algunos camareros escriben la palabra «Gracias» y firman con su nombre en el reverso de la cuenta del cliente. Estas expresiones de gratitud pueden incrementar la percepción que tiene el cliente de la amabilidad del camarero, lo que a su vez posiblemente incremente la propina que deja, ya que los clientes tienden a dejar más propina a los camareros que han sido especialmente amables.
La manifestación de gratitud por parte del camarero también puede despertar en el cliente la obligación de reciprocidad y puede que se sientan obligados a corresponder esta manifestación de gratitud con una mayor propina, para que la gratitud no parezca injustificada.
Sea cual sea el mecanismo psicológico que subyace, las expresiones de mecanismo puede que incrementen la propina que recibe el camarero. Para comprobarlo se diseñó el siguiente experimento en un restaurante de Filadelfia. Una de las camareras hizo de forma aleatoria una de estas tres cosas:
- Escribir «Gracias» en el reverso de la cuenta del cliente
- Escribir «Gracias» en el reverso de la cuenta del cliente y firmar con su nombre
- No escribir nada en el reverso de la cuenta del cliente
Los resultados confirma que escribir «Gracias» en el reverso de la cuenta del cliente afecta la propina que deja. Cuando no escribió nada en el reverso de la cuenta recibió una propina media del 16%. Cuando escribió «Gracias» en el reverso recibió de media una propina del 18%. Añadir su nombre a la palabra «Gracias» no supuso ningún incremento en la propina con respecto a no hacerlo.
Ya que mostrar agradecimiento escribiendo la palabra «Gracias» en el reverso de la cuenta del cliente no cuesta nada, los camareros deberían utilizar esta sencilla estrategia si quieren recibir algo más de propina.
Dibuja una cara sonriente en la cuenta del cliente
A veces una camarera dibuja una cara sonriente en el reverso de la cuenta de los clientes. Estos dibujos tienen el siguiente efecto. Lo primero, hacen que la camarera pase a ser una persona y aumenta la empatía que los clientes sienten hacia ella. Segundo, una cara sonriente en la cuenta comunica a los clientes que la camarera se siente feliz por haberlos atendido, lo que a su vez puede hacer que el cliente sienta simpatía hacia la camarera y la deje más propina. Finalmente, ver una cara sonriente en la cuenta puede que haga sonreír a los clientes y los ponga de buen humor. Los clientes que están de buen humor tienden a ser más generosos con las propinas. Todo esto indica que dibujar una cara sonriente en la cuenta puede aumentar la propina que los clientes dejan al camarero.
Para comprobarlo se realizó un experimento en un restaurante de Filadelfia. En el experimento, un camarero y una camarera hicieron lo siguiente en la cuenta de los clientes del restaurante a la hora del almuerzo: la mitad de los clientes recibieron la cuenta con una cara sonriente y la otra mitad recibieron la cuenta sin ningún dibujo. La entrega del dibujo en la cuenta se hacía de forma aleatoria, para evitar cualquier sesgo en el experimento.
El hecho de dibujar la cara sonriendo en la cuenta afectó sensiblemente la propina que dejaron los clientes a la camarera. En concreto, la camarera recibió una propina media del 28% cuando no dibujó nada en la cuenta y una propina media del 33% cuando dibujó la cara sonriente. Dibujar algo tan simple como una cara sonriente incrementó la propina, de media, en un 17%.
Sin embargo, el efecto de dibujar una cara sonriente en la cuenta del cliente no produjo ningún efecto positivo en el camarero, más bien al contrario. En concreto, la propina media del camarero fue del 21% cuando no dibujaba nada en la cuenta y del 18% cuando dibujaba una cara sonriente. Es decir, que dibujar una cara sonriente en la cuenta es contraproducente si eres un camarero, no así si eres una camarera. Es posible que a los ojos del cliente una cara sonriente resulte demasiado emocional y no esté en consonancia con el estereotipo masculino.
Según los resultados del experimento, las camareras pueden obtener más propina si dibujan una cara sonriente en la cuenta de los clientes y puede que los camareros se beneficien si dibujan alguna otra cosa menos emotiva. Por ejemplo, el camarero de una marisquería puede probar dibujando un cangrejo o una langosta en la cuenta. Es probable que un dibujo en la cuenta, sea cual sea, ayudan a que el cliente vea al camarero como una persona y además la gracia les ponga de buen humor. En este caso, el resultado muy posiblemente se traduzca en una mayor propina para el camarero.
Tal y como se pudo comprobar en un experimento que se realizó en un bar de Francia, dibujar una imagen del son en la cuenta de los clientes incrementó el porcentaje de clientes que dejaban propina, que en el experimento pasó del 21% al 38%. También aumentó la propina media, que pasó del 19% al 26%.
En conclusión, si quieres que los clientes dejen más propina, dibuja alguna cosa, por pequeña que sea, en la cuenta. No es necesario que seas Picasso, cualquier cosita vale. En el caso de los camareros, procura que lo que dibujas no se perciba como algo poco acorde al estereotipo masculino.
Llama a los clientes por su nombre
Llamar a alguien por su nombre indica que consideras que es algo importante para ti. La mayoría de la gente le halaga que lo hagas y les agrada. Por lo tanto, si lo hace el camarero puede que los clientes le dejen una propina mayor.
Para comprobarlo se hizo el siguiente experimento en un restaurante de Kansas. El estudio se centraba en aquellos clientes que pagaban con tarjeta de crédito. De esta manera, los camareros sabían el nombre del cliente cuando pagaba la cuenta. De forma aleatoria, se escogió a la mitad de estos clientes para agradecerles la visita utilizando su nombre, por ejemplo, «Gracias, Señor Jones», a la hora de pedirles que firmaran el recibo de la tarjeta, donde se puede dejar la propina. Al resto de los clientes se les agradece la visita sin más, es decir, sin mencionar su nombre. Esta era la única diferencia entre unos y otros.
Cuando no se mencionaba su nombre, los clientes dejaban, de media, una propina del 14%. Por el contrario, cuando el camarero mencionaba su nombre, los clientes dejaban, de media, una propina del 15,4%. Es decir, que el hecho de mencionar el nombre del cliente incrementa la propina que deja en un 10%. Esto demuestra que algo tan sencillo como llamar a alguien por su nombre puede tener un impacto significativo, por ejemplo, en la propina que deja al camarero.
Utiliza bandejas con el logo de una tarjeta de crédito
Muchos restaurantes muestran letreros indicando que se acepta el pago con tarjeta de crédito. Hay estudios que demuestran que simplemente mostrar a la vista de todos este tipo de letreros incrementa el gasto de los clientes. Este fenómeno probablemente se debe a que se produce un estímulo en el subconsciente del cliente que le impulsa a comprar cuando ve el logo de una tarjeta de crédito, por ejemplo, el logo de Visa, o quizás se produce porque le recuerda al cliente la posibilidad de comprar aunque no traiga dinero en efectivo.
Sea cual sea la explicación que subyace a este fenómeno, lo cierto es que los camareros podrían recibir más y mejores propinas cuando se muestra al cliente el logo de una tarjeta de crédito, incluso aunque éste vaya a pagar en efectivo.
Para comprobar si esto es así se diseñó el siguiente experimento en dos locales, un pequeño restaurante familiar y un café, los dos ubicados en Nueva York. Para mostrar a los clientes el logo de una tarjeta de crédito se hicieron unas pequeñas bandejas con el logo de Visa y otras sin el logo. De forma aleatoria, se utilizaba bien una bandeja con el logo u otra sin el logo para llevar la cuenta al cliente. Según los resultados del experimento, los clientes dejaban una propina mayor cuando se les llevaba la cuenta en una bandeja con el logo de la tarjeta Visa impreso. En concreto, en el restaurante familiar las propinas pasaron del 16% al 20% y en el café del 18% al 22%.
Este fenómeno no se corresponde con un mayor uso de la tarjeta de crédito para pagar la cuenta. En concreto, en el café, todos los clientes pagaron en efectivo. Al parecer, mostrar al cliente el logo de una conocida tarjeta de crédito incrementa la propina que deja en cliente al camarero en un 25%.
Según los resultados de este estudio, si es posible, deberías llevar la cuenta a los clientes en una bandeja con el logo de una conocida tarjeta crédito impreso. Es posible que las propias empresas de tarjetas de crédito asuman el coste de fabricar las bandejas, ya que se puede considerar como un artículo publicitario para la empresa de la tarjeta que se muestra.
Dale un caramelo al cliente con la cuenta
Las personas se sienten obligadas a actuar de manera recíproca cuando reciben un regalo de alguien. Los camareros se pueden beneficiar de esta tendencia dando a los clientes unos caramelos cuando les llevan la cuenta. Es muy probable que el cliente se sienta obligado a corresponder al regalo dejando una mayor propina al camarero.
Para comprobar si esto es así se realizó el siguiente estudio: en un restaurante de Nueva York se comprobó que dar un chocolate a los clientes incrementa la propina que dejan a los camareros del 15% al 18%. En otro restaurante de Nueva Jersey también se comprobó que dar un chocolate a los clientes incrementa la propina que dejan al camarero. En concreto, los clientes dejaron más propina cuando el camarero ofreció un chocolate a cada comensal y luego, de manera espontánea, ofreció un segundo chocolate a cada uno. En este caso la propina pasó del 19%, que era la propina cuando no se le daba nada al cliente, al 23%.
Estos experimentos sugieren que ofrecer un pequeño dulce, ya sea un caramelo o un chocolate, al cliente junto con la cuenta hace que deje más propina al camarero. Ya que el coste de estos pequeños dulces es muy pequeño, puede ser una manera económica de conseguir más propina de los clientes. La pequeña inversión que hay que hacer por parte del restaurante tendrá un rendimiento considerable a medio plazo en mejores propinas para los camareros.