Si te das cuenta, nuestro cerebro nunca permanece callado. Aunque permanezcas callado, nuestro cerebro continuamente nos está hablando. A veces nos juega malas pasadas, nos dice que es muy difícil conseguir algo, y eso nos hace sentir mal.
Pero está demostrado que puedes hablar contigo mismo y convencerte de que eso no es así. Antes de ir a una entrevista de trabajo, habla contigo mismo en voz alta y anímate a ti mismo.
Por ejemplo, di en voz alta que vas a conseguir el empleo o una venta, que estás bien preparado o que el producto de la competencia seguramente no es tan bueno como el tuyo. De esta manera desactivas esa parte de tu mente que te dice que vender es un trabajo demasiado arduo, que requiere demasiado esfuerzo por tu parte, y que te hace desear dejarlo todo y dedicarte a otra cosa. No te preocupes si tu compañero piensa que has perdido la cabeza, tú sabes que no es así.

Si eres creyente, también puedes recordarte a ti mismo la famosa Plegaria de la Serenidad, que Alcohólicos Anónimos lleva utilizando desde el año 1942 para ayudar a sus miembros a pasar otro día más sin recaer en su adicción (ver AQUÍ), y que dice así: Señor, dame la serenidad para aceptar aquello que no se puede cambiar, el coraje para cambiar aquello que está en mi mano cambiar, y la sabiduría para distinguir uno de otro.
La técnica de la visualización
Esta técnica la utilizan tanto las fuerzas especiales como los deportistas de élite. Consiste en planificar mentalmente y con todo detalle aquello que quieres conseguir. Antes de ir a la entrevista con el cliente conviene que repases mentalmente todas las posibles preguntas que te pueden hacer y las respuestas que quieres dar.
Imagínate delante del cliente. Imagina que mantienes la calma. Imagina que el cliente queda impresionado por tu actitud y las ventajas de tu producto. Imagina que consigues vender al cliente.
Hay estudios científicos de demuestran que tras hacer ejercicios de visualización tu mente responde de forma automática y tu actitud ante el cliente será así más confiada.